Una ultima esperanza
y un mundo a ojos cerrados
y una aventura dormida
y claridad
Tu amnesia,
e insomnio
Me sustraen el hígado,
el aire.
Así de duro es el silencio,
me aturdo entre los huesos
me aprietan,
me pesan.
Cuando duermas fíjate,
si no estoy debajo de tu almohada
sonriéndote un cuento
de magia.
Oscura sera la mirada
Pero no temamos
Porque eso no nos pertenece.
Ya pudiste llevarme a la playa
A ojos cerrados,
me encendí el alma
desplegué unas alas
plumas blancas destellos
Me fui con el beso
A otra parte hundida en
otro mundo que obviamente
no es este que veo.
Luna blanca besas
Cielo negro lames.
Aquí esta la ausencia otra vez,
Pero somos intimas.
miércoles, 31 de octubre de 2012
martes, 23 de octubre de 2012
lunes, 22 de octubre de 2012
Sánscrito
escrito Grito
exijo trípticos
triplico
métricos otros
críticos
cítricos tétricos
cubitos eléctricos
súbitos tupidos añicos
nítidos
oblicuos tiesos
cocolichos hípicos
parásitos
aeróbicos péptidos
cosidos
coitos cositos
orificios cominos
deícticos límpidos sintácticos
reflexivos
he dicho dañinos
estribos elípticos
equívocos
enanísticos egipcios
meteoritos
fatídicos fastidios
plasmas fitos
guío gorigoris gárgaras
cómic pajaritos
hijo hito hipnótico
indico hilo maniático
pitos pasitos pánicos
rítmicos cínicos
ubico turísticos
anímicos
escrito Grito
exijo trípticos
triplico
métricos otros
críticos
cítricos tétricos
cubitos eléctricos
súbitos tupidos añicos
nítidos
oblicuos tiesos
cocolichos hípicos
parásitos
aeróbicos péptidos
cosidos
coitos cositos
orificios cominos
deícticos límpidos sintácticos
reflexivos
he dicho dañinos
estribos elípticos
equívocos
enanísticos egipcios
meteoritos
fatídicos fastidios
plasmas fitos
guío gorigoris gárgaras
cómic pajaritos
hijo hito hipnótico
indico hilo maniático
pitos pasitos pánicos
rítmicos cínicos
ubico turísticos
anímicos
muñeco lejos
Voy a tratar de ser lo mas adusta posible
Voy a acomodarme entre el relieve
Voy a pensar que si esto si, aquello no.
No voy a pensar en las tinieblas,
No es bueno helarse.
Ver los pasos irse,
Contemplar mi quietud,
Arrimar mi corazon al tuyo,
lo que sienten los niños cuando juegan,
eso es lo que deseo a tu lado lejano
de lejos,
estas,
y no puedo ni siquiera respirarte
el pecho se me infla,
el pecho se me desinfla,
me paniqueo
me sorteo en la noche,
para variar hay una lluvia en picada.
Y un pajaro boquiabierto.
Vuelvo a estar sola penando,
quiero que sepas,
no,
quiero que sientas,
que te estoy acariciando
en mi recuerdo.
Y me urge la esencia de rozar tu vientre
con estos dedos
muerdo fuerte el labio
para aguantar
lo que sea.
Voy a acomodarme entre el relieve
Voy a pensar que si esto si, aquello no.
No voy a pensar en las tinieblas,
No es bueno helarse.
Ver los pasos irse,
Contemplar mi quietud,
Arrimar mi corazon al tuyo,
lo que sienten los niños cuando juegan,
eso es lo que deseo a tu lado lejano
de lejos,
estas,
y no puedo ni siquiera respirarte
el pecho se me infla,
el pecho se me desinfla,
me paniqueo
me sorteo en la noche,
para variar hay una lluvia en picada.
Y un pajaro boquiabierto.
Vuelvo a estar sola penando,
quiero que sepas,
no,
quiero que sientas,
que te estoy acariciando
en mi recuerdo.
Y me urge la esencia de rozar tu vientre
con estos dedos
muerdo fuerte el labio
para aguantar
lo que sea.
miércoles, 17 de octubre de 2012
Cuento para niños y para los niños que llevamos dentro
Virginia la tejedora
I. Pide
un deseo
Virginia
ya se había cansado de estar sola en su casa esperando que la llamaran por
teléfono sus amigas para salir a jugar, así que prefirió buscar unos hilos en
su carterita de costurera para ponerse a tejer un nuevo gorro de colores. Justo
cuando se puso a tejer, sonó el teléfono y contenta fue a atender, del otro
lado una vocecita aguda le dijo – ¡No quiero hacer lo que no me gusta!- y
Virginia le contestó – ¿Quien habla? – La vocecita le respondió – ¡No me gusta
hacer lo que no me gusta! – Virginia que no estaba asustada le siguió la
conversación y dijo – No hagas lo que no te gusta- Y del otro lado se escucho
que la vocecita se rió a carcajadas y que luego corto el teléfono. Virginia,
sorprendida, dijo – ¿Hola?, ¿Hola?- Pero nadie contestó, la vocecita se había
ido. –Qué extraño – pensó, colgó el teléfono y siguió con su tejido
preguntándose con qué fin estaría haciendo gorros si ella casi no se los ponía…
entonces, decidió que todos los gorros que tejiera de ahí en mas los haría
pensando en algo especial. De acuerdo en
que pensara tejería el gorro y de esa forma le iría dando un significado
distinto a cada uno de sus tejidos. Al acabarse el hilo amarillo de lo que
estaba tejiendo, eligió el color verde para continuar así que decidió que cada vez que hubiera un cambio de
color en su tejido debía pedir un deseo. Virginia ato el hilo verde al hilo
amarillo, apretó bien fuerte su tejido, cerró los ojos y deseó vivir en un
mundo perfecto. En ese momento volvió a sonar el teléfono, pero ella no abrió
los ojos, y aunque sonaba y sonaba decidió no atender, claro que pensaba que
tal vez sería otro llamado anónimo como el anterior. El teléfono dejó de sonar,
Virginia dejó pasar unos segundos mas y lentamente abrió los ojos pronunciando
– Quiero un mundo perfecto – Cuando abrió los ojos del todo vio que a su
alrededor las paredes de su casa habían desaparecido y que se encontraba ahora
en un hermoso lugar rodeado de montañas de las que caía agua cristalina, todo
el suelo era de un brillante pasto verde, el techo se había convertido en un
inmenso cielo azul, mas allá veía playas y arena blanca y un bellísimo mar de
aguas doradas. Virginia decidió ir primero a las montañas porque tenía sed y
quería tomar agua. Cuando estuvo allí pudo escuchar como el agua que caía hacia
un hermoso sonido al chocar contra las piedras y cada gota que salpicaba se convertía
en pequeñas florcitas verdes que se pegaban al pasto. Virginia estaba
maravillada, no podía creer que su deseo se hubiera cumplido así que exclamó – ¡Soy Feliz! – y de pronto
un pájaro enorme y azul apareció a su lado y cantó una canción. Virginia dejó a
un lado el tejido, puso sus manos en el chorro de agua y bebió. En ese momento
empezó a sentirse mareada así que se sentó en una piedra a mirar el cielo.
Descubrió que si parpadeaba tres veces
seguidas el cielo iba cambiando de color como si fuera una pantalla de cine
gigante. De azul paso a celeste de celeste a blanco de blanco a rosa de rosa a
lila de lila a naranja y así hasta que se dio cuenta que el pájaro azul había
dejado de cantar. Le pregunto al pájaro, -¿Por qué dejaste de cantar pajarito?
– El pajarito le contesto muy triste –
Es que me aburrí de cantar siempre la misma canción – Entonces Virginia le dijo
que ella le podría enseñar una nueva canción – así que el pajarito azul se puso
a escucharla. Virginia canto:
En el
viento soy un pez
En el agua
soy un dios
Cuando
canto esta canción
Siempre
puedo estar mejor
Para
ser feliz no hay que mentir
Para
amar no hay que llorar
Si tú
quieres sonreír
Siempre
tendrás que jugar
II.
Hazte amigos
Al
pajarito le encantó la canción así que se pusieron a practicar. En ese momento
apareció un monito rojo con una guitarra y empezó a tocar según el tono de voz
del pajarito y de Virginia, así que entre los tres pudieron formar un trío
musical. El pajarito silbaba y hacia coros, Virginia cantaba y el monito rojo
tocaba la guitarra, así cantaron toda la tarde hasta que a Virginia, que ya no
estaba mareada, le dio hambre, entonces pregunto donde podría comer y dormir. El
pajarito azul y el monito rojo le dijeron que podría quedarse en el palacio
donde todos vivían. Virginia muy contenta se fue con ellos, caminaron y
caminaron hasta que llegaron. Era un enorme palacio construido con piedras,
hojas y barro rodeado de arboles y de flores, justo en el medio desembocaba un
lago que provenía de las montanas, que rodeaban el palacio, donde todos podían
sacar agua para beber, cocinar o lavarse. Virginia un poco temerosa confesó a
sus amigos que no tenía dinero para pagar el alojamiento, pero ellos
respondieron que no lo necesitaría porque en el palacio donde todos vivían no
existía el dinero. – ¡Increíble!- exclamó Virginia – de donde yo vengo las
personas no pueden hacer nada si no tienen dinero- dijo. El pajarito azul y el
monito rojo empezaron a reírse hasta llorar, el monito decía – ¡que ridículo es
eso! me imagino que no pueden comer el dinero, ¿o si? – Virginia muy confundida
contestó que no, que para obtener apenas un
poco de dinero su padre debía ir a trabajar todos los días muchas horas
y compraban muy poquitas cosas porque a veces no les alcanzaba para comer,
vestirse, asearse y que eso muchas veces hacia pelear a su papa con su jefe y
este después bebía mucho y a veces se gastaba el dinero en bebidas, luego se
peleaba con su madre y las cosas terminaban muy mal. Virginia se puso muy
triste al terminar de contar esto pero el pajarito azul comenzó a silbar la
canción, así que el monito rojo agarró la guitarra y los dos cantaron para
ella. Virginia decidió olvidar esa parte de su vida para no arruinar el mundo
perfecto. Muy agradecida de sus amigos, se levantó y los abrazo muy fuerte, el
monito rojo le secó las lágrimas con un pañuelo amarillo y el pajarito azul
paso su ala por el rostro de la niña y le dijo- Este es tu mundo, Virginia, no
dejes que nada te ate al pasado, intenta que ser feliz aquí y ahora. –de ese
modo, Virginia se tranquilizo y pudieron seguir recorriendo el palacio.
III.
Aprende cosas nuevas
Virginia
se animó a recorrer el palacio, allí había más monitos, pajaritos azules,
ñandúes, vacas, ovejas, pajaritos rosas, conejos, y algunos seres que Virginia
no conocía –Deben ser de otro mundo- pensó, y aunque no los conociera, como a
todos los otros los trato de igual a igual.
En el palacio todos los seres vivían juntos y felices, no había
habitaciones privadas porque a la noche todos dormían bajo las estrellas.
-¿Cómo hago para conseguir alimento? – le pregunto Virginia a un ñandú de color
rosa que estaba bailando alegremente. El ñandú que movía sus largas patas y su
cuello sin parar no la escuchaba así que Virginia supuso que si bailaba a su
lado tal vez la escucharía, entonces se sacó sus zapatitos medio rotos, sus
medias, y se puso a seguir los pasos del ñandú. Al principio le costaba hacer
los movimientos, aunque como eso la divertía no paró hasta lograrlo y de pronto
se encontró bailando a la par del ñandú. Ahí Virginia le dijo sonriente–¡qué
divertido es bailar, siento que vuelo! – el ñandú la escuchó y la saludo con
una gran sonrisa. Bailaron juntos hasta cansarse, Virginia se había hecho un
nuevo amigo. Cuando terminaron de bailar, caminaron hasta el lago a tomar agua,
y allí Virginia volvió a preguntarle -¿Cómo hago para conseguir alimento? – El
ñandú bailarín le respondió – Mira tus manos, ¿sabes hacer algo con ellas? –
Virginia, miró sus manos y luego de pensar unos instantes le dijo – sí, se tejer-
entonces el ñandú le contó que en el palacio donde todos vivían los alimentos
se conseguían a cambio de algo que uno no pudiera hacer y el otro sí. Virginia
le propuso al ñandú tejerle un sombrero si este le conseguía una manzana, el
ñandú acepto así que Virginia se puso a terminar su tejido bajo un árbol y
luego de unas pocas horas se lo entregó. El ñandú muy contento le dio una manzana
a cambio y Virginia, satisfecha por su trabajo, la comió y se tiró a dormir bajo las estrellas como
todos hicieron cuando llegó la noche. Antes de cerrar los ojos decidió que
viviría en ese mundo para siempre. Así
fue como Virginia aprendió que deseando desde el corazón se llega a un mundo
perfecto en donde se aprenden las cosas más simples para ser feliz.
FIN
jueves, 11 de octubre de 2012
martes, 9 de octubre de 2012
Banquete que nadie queria
Había una vez una reina muy prepotente a la que le gustaba comer humanos para sus banquetes del día de los inocentes que festejaba una vez al mes cuando era luna nueva.
Estos humanos solían ser gordos e inservibles para la vida de la monarquía. En general eran guardianes sin calzones, grandes, malos, que tenían la costumbre de hablar en nombre de todos cada vez que estos tenían una duda. Es decir el miedo personal lo masificaban para responderse a si mismos. En definitiva, eran hombres gordos sin autenticidad.
Resulta que un día la reina hizo un gran banquete: a el asistieron todos menos ella y ella se burlo de aquella broma tan grande que había hecho que festejo en otro lugar al cual asistieron todos menos ella. Y se río mas aun todavía que todos la vinieron a buscar para festejar con ella pero en silencio.
Se reunieron entonces, el conejo Margarito, la cantante Gilda, y ella a tomar el te en el jardín de la mansión de la reina. La mansión era tan pero tan pequenia que apenas cabían dos adentro y se tenían que turnar para tomar el te.
Nadie se había comido al banquete gordo porque todos fueron a buscar a la reina para festejar su ausencia. Hubo algunos que le llevaron regalos, anillos, cartas escritas a mano, copas, relojes de no tiempo, y hasta un par de medias.
Estos humanos solían ser gordos e inservibles para la vida de la monarquía. En general eran guardianes sin calzones, grandes, malos, que tenían la costumbre de hablar en nombre de todos cada vez que estos tenían una duda. Es decir el miedo personal lo masificaban para responderse a si mismos. En definitiva, eran hombres gordos sin autenticidad.
Resulta que un día la reina hizo un gran banquete: a el asistieron todos menos ella y ella se burlo de aquella broma tan grande que había hecho que festejo en otro lugar al cual asistieron todos menos ella. Y se río mas aun todavía que todos la vinieron a buscar para festejar con ella pero en silencio.
Se reunieron entonces, el conejo Margarito, la cantante Gilda, y ella a tomar el te en el jardín de la mansión de la reina. La mansión era tan pero tan pequenia que apenas cabían dos adentro y se tenían que turnar para tomar el te.
Nadie se había comido al banquete gordo porque todos fueron a buscar a la reina para festejar su ausencia. Hubo algunos que le llevaron regalos, anillos, cartas escritas a mano, copas, relojes de no tiempo, y hasta un par de medias.
lunes, 8 de octubre de 2012
Ebria los besos son de piso
son frotaciones desamparadas
y por un momento el frote parece tan sencillo
que solo la lluvia acompaña
a un jinete de casino
y de
melodía barata.
La del vestido rojo
era mi prenda sonriente
el pelo negro hecho agua
la claridad incomoda
la bendición latente
que pelo negro tenias
que pollera ni tan corta
que rojo agitabas en tus labios
venenosa
como la ultima copa de birra en la que te mire
estabas tan inocente
caminando por aquella esquina
recordándome,
deseándome en tu boca.
Nena.
sábado, 6 de octubre de 2012
Para vos sin censura
QUISIERA decirte un día tantas palabras de Amor,
Romperme en partes sin ángulos, que fluyan de mi boca
Como si tuvieran un destino fijo.
Quisiera volver a mirar con lo ojos de la inocencia,
Amar sin temer, sin pensar,
Esclarecerme el tormento de recuerdos que no me dejan
Amarte.
Llevaría tu nombre al río y lo soltaría entre
las ondas del agua turbia,
Reflejaría mis ojos para ver el fondo de tu alma
y de la mía en pedazos que se reconstruyan formando solo uno.
Y desnuda en tus brazos,
siendo seda y vos viento,
Nos acribillaríamos el temor de amor,
Sin palabras ciegas.
Romperme en partes sin ángulos, que fluyan de mi boca
Como si tuvieran un destino fijo.
Quisiera volver a mirar con lo ojos de la inocencia,
Amar sin temer, sin pensar,
Esclarecerme el tormento de recuerdos que no me dejan
Amarte.
Llevaría tu nombre al río y lo soltaría entre
las ondas del agua turbia,
Reflejaría mis ojos para ver el fondo de tu alma
y de la mía en pedazos que se reconstruyan formando solo uno.
Y desnuda en tus brazos,
siendo seda y vos viento,
Nos acribillaríamos el temor de amor,
Sin palabras ciegas.
jueves, 4 de octubre de 2012
baba
Soy la luz que ilumina tus venas
que soy yo?
mas que este pedazo de tierra cocinada y hervida para tu tentación.
Como la cúpula de la torre de deseos
es inalcanzable,
erótica, exótica, tantrica...
no hay que llegar a ninguna cúpula.
Mi sexo esta siempre debajo.
Quiero baba y bocas
Y sudor fresco
Manos debajo de las ropas,
Y un apretón de piernas.
Que soy yo si no soy la luz que ilumina tus venas?
A que pertenezco en tus ausencias?
Me rozan las sabanas tan fino,
que te recuerdo.
que soy yo?
mas que este pedazo de tierra cocinada y hervida para tu tentación.
Como la cúpula de la torre de deseos
es inalcanzable,
erótica, exótica, tantrica...
no hay que llegar a ninguna cúpula.
Mi sexo esta siempre debajo.
Quiero baba y bocas
Y sudor fresco
Manos debajo de las ropas,
Y un apretón de piernas.
Que soy yo si no soy la luz que ilumina tus venas?
A que pertenezco en tus ausencias?
Me rozan las sabanas tan fino,
que te recuerdo.
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