sábado, 29 de junio de 2013

Una niña está mirando la noche que
Está tan oscura que es imposible divisar el horizonte.
En el cielo brillan como antorchas las estrellas,
Y caen los meteoros como intermitencias
eléctricas.
La niña comienza remontar su barrilete multicolor
Y corre con este por todo el campo.
Al pisar la hierba sus zapatitos se mojan con el rocío,
Los ojos de la niña son grandes y del color de un león.
De pronto un pájaro enorme
Similar a un vampiro viene bajando con sus alas abiertas,
Su cuerpo es esquelético y borgoña,
Su piel es áspera y peluda.
La niña lo ve y se echa a correr.  
Asustada se esconde en una pequeña casa que solo tiene una puerta.
Allí dentro piensa que está a salvo
Pero no se da cuenta que el barrilete ha quedado enganchado del techo de la casa y que el vampiro descubrirá su escondite. 
Al percatarse de esto,
Hace un pozo en el suelo rápidamente
Y sale por el otro lado,
El vampiro mira a través de la puerta y no la ve,
Solo ve el pozo y se mete.
Al salir del otro lado
Ve como la niña corre hacia la inmensidad de los campos y las noches
De todos modos un vampiro no siente pena, solo quiere alimentarse.
La persigue hasta que la nena 
que se está por morir de miedo
ve a un flamenco rosa venir por ella
y se sube a este como a un caballo.
El flamenco impulsa vuelo y se la lleva
El vampiro que los ve escapándose apresura más su marcha
Y ahora siente deseos de comerse a los dos.
Se baten a duelo,

El vampiro desea morderlos y ver brotar las sangres
El flamenco levanta sus dos alas y desde ellas sale una luz cegadora que comienza a quemar al vampiro hasta prenderlo fuego.

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