viernes, 5 de noviembre de 2010



Es que ya no hay remedio para estos temblores que me acarician.

No creo en lo que firmo con sangre,

estoy creyendo en lo que se coagula entre las arterias.

Las palabras tienen alas.

Los ojos han estallado entre las pestañas como burbujas del viento.

Y tu... tu has quedado lejos, tan lejos que no puedo verte ni de cerca...

Doy mis manos al fuego por mi cuerpo y por mi existencia.

Hay una sonrisa que está latiendo entre tu indiferencia.

Hay un pájaro que está saliendo de su jaula porque tu, mi amo, 


me has liberado.
  
                                                                                                                             Cielo

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