jueves, 24 de junio de 2010


Estuve en los abrazos pensados pero menos esperados en ese momento.
Nade sin respuesta de mi cuerpo, sin ayuda de mis fuerzas,
una noche en la que solo podía vomitar mi alma.
Los sollozos mas agudos se mezclaban con aullidos de perros en vela,
que todo lo presienten en momentos como ese.
Otra vez, pensaba que mi costumbre de andar sola me quemaba la garganta,
Y no me dejaba respirar.
Nadie escucho mi aullido final.
Solo habían unas paredes despintadas, viejas y frías.
La alfombra se quemaba con cenizas
que caían desde la punta de un misil disparador de humo 
que asesina con el tiempo a las personas como yo.
Lo cierto es que no podía emitir respuesta alguna,
a unas palabras que buscaban que toda la furia del mar
se fundiera en un paisaje de cielo celeste claro -iluminado por el sol-,
Nada de eso paso.
Los perros rabiosos que iba vomitando se debilitaban,
y caían como hojas de un árbol que en abril se quiebra.
Todos los sueños se quemaban en una vasija de cristal,
y esa perra vagabunda de la que poco les hable,
se hacia un niño con frío, miedo y frustración.
Recuerdo haber escuchado que amar duele. 
O haberlo pensado...
Y sentido.
Cuan infeliz es resignar amor por amar.
Desesperante es saber que se deja amar
sin conocer el futuro de lo que buscamos.
Amar doble. 
Hacer dicotomias de dolor, 
parar.
Ser arrasado por una fuerza  que olvidamos que existía, 
en la pelea de ser felices. 
Resignar dolor por sufrimiento.
Querer todo y no querer nada. 
Siempre dual. 
Tener y hacer tener.
No olvidar para que no me olviden.
Buscar amar y ser amada. 
Dar y recibir. 
Cuidar y que me cuiden.
Sufrir, pero que vos no sufras. 
No sufras por favor, yo no lo quise así.

Cielo

martes, 15 de junio de 2010

Muerta la planta.

(Acompañar con: "Ahora que" de J. Sabina, vino tinto, cigarros, hojas de gillete, tijeras y risas. Usted podrá lograr un increíble cambio de look).
En la foto: Simone de Beauvoir.
La noche me acompaña, 
me da esos besos que no me das.
Creo querer que no le temo. 
Y quiero creer que te saque de mis rincones. 
El gusto a té rojo, 
la mirada sin encontrarte apoyada en el vidrio frío de un colectivo.
Se vuelve, como vuelvo cuando regreso sola. 
A mi ausencia.  
No quiero perder esa costumbre parece. 
Ahora es cuando me estremezco. 
No puedo ni siquiera decirte cuanto te siento. 
Pero ya no me suicido por desgracia. 
Me revuelco y me despierto como si todo el cuerpo se hubiera marchado. 
La ausencia. 
Mi presencia. 
Que descansa entre borrosos abrazos marcados en mi espalda.
Que sonríe cuando veo tu figura de lejos, 
entre grises de la mente,
haciéndome el amor. 
El mejor escape es la cobardía en este momento, 
Y,
Arranqué con furia una planta que marchitaba, 
Pero estaba viva. Respiraba, al menos. 
Pude haberla cuidado para protegerla de su muerte. 
Pude darle calor mientras la miraba, 
Pero la deje morir.
Y vi, mientras la arrancaba, 
que no aullaba, no gritaba, no murmuraba... 
Nunca mostró muecas de dolor, 
Yo si. 
Pero ya no sirven de nada,
Al fin, ya esta muerta, 
el dolor no.
Pero eso nos lo quita el tiempo dicen. 
Pude regarla para que crezca, 
¿Para que?
Siempre termino marchitando a los hombres.
Se que lo hago y no me importa.
El deseo de la ausencia es el que me seduce.
En los espejos puedo excitarme. Y sola.


-Para mi tranquilidad, escondí las semillas.
Tengo la capacidad para volver a sembrar algo que nunca muere,
cuando guardo sus restos. 
(Pero eso, no lo sabias)-.

El terrible camino de la incertidumbre, hace al hombre un miedo eterno, y a la mujer, otra Penélope. 
Otra Alfonsina.


Cielo.
01.27 am.

miércoles, 9 de junio de 2010


Hay pasillos vacíos que inspiran temores.Esos que siempre viste de lejos, pero hiciste lo posible para evitarlos.Vos veías, lo sabias. Sabias que estaban. Aunque así como daban miedo, te inspiraban curiosidad.
Te rebuscabas, retrocedías, te comías el pelo.Y ahí estaban.Vos estabas. Sentías como algunos pasos te corrían, dabas la vuelta, mirabas. Nada.
Era la imaginación. Era la mente. O seguías en el mismo laberinto, O entrabas para golpear un par de puertas.
No entraste. No saliste. Nunca estabas. Los pies estaban plantados, enterrados. Ibas a buscar a ese compañero que se fue. Creíste que lo hizo por temor, pero hacia vos. Lo peor de todo, es que no era a vos a quien temía, Sino a cruzar el laberinto con tu ayuda.O al revés. No lo sabrás. Quizás, se fue por temor a el laberinto. y vos creíste que era hacia vos. Lo dejaste ir, no lo pudiste ayudar.
De todos modos, era un cagon , pensas ahora.
Sabes, es el temor el que nos acalla.
Bueno, el ya se fue. No corras mas. Dejalo ir te dicen. Lo dejas ir, porque así también lo queres. Y a el también lo queres.
Por curiosidad. Preferís ver que te depara el pasillito. Que por cierto, esta justo en frente tuyo ahora.
Y lo ves, pero no hay peor ciego que el no quiere ver. Sabes...hay uno mejor, el ciego que no puede ver.
Aunque si pueda. El corazón puede ver, me gusta ver con el, por eso aguardo lo que no se que aguardo.
Porque no veo donde fue, ni veo del otro lado.Todavía puedo sentir, esa es mi visión, mis ojos no señalan nada, los oídos tampoco, Mi corazón esta marcando hacia el norte de la ciudad, Buenos Aires, no importa tu inmensidad. Estoy aquí, y estoy allá, Mi alma le da batalla a todos los reinos del mal, yo busco la felicidad,
no te olvides. Por eso soy tan imposible. Hoy tengo unas ganas salvajes de luchar,
Hambrientas. Así me estés esperando del otro lado del silencio y el temor.
Así te hayas ido pa' otros pagos. Mi silencio es mio, mi palabra , mi impulso, mi abrazo es mio. Lo doy cuando quiero.


sshh,
no se mueve nada.

Estoy yo, la oscuridad, el temor... no tengo una luz que te llevaste.


ey, ey, devolvela!
mm, no, mejor prefiero aprender a hacer fuego con las manos.
Casi imposible de seguir,


Aguarda,
dije:
Casi.