sábado, 25 de agosto de 2012
Los martes
Hay camisas que no tienen memoria, en todo caso no inhalan el aire que las rodea. Hay objetos que vuelan sobre el tiempo como si estuvieran yendo al precipicio de las oportunidades. Hay personas que te acompañan aunque no puedas verlas. Las sientes? Hay alguien que grita dentro de un placard pero no dice tu nombre. Hay manos que comprenden tu luz y sin embargo son fugaces. Hay deseos que no convierten nada, solo degradan pensamientos. Hay besos que quedan en una mirada quieta como el agua del río, y que pueden volver si es de noche y llevarte. comprendes? Nada cumple el otro, nada le pides, nada haces, nada. Transitas tus ganas de beber otra boca, de entregar la piel a un cálido momento, transparente en donde nadie molesta. En donde solamente los pájaros cantarían por la mañana avisándote que tu turno esta por terminar. Es hora de despertarse, mi amor.
viernes, 3 de agosto de 2012
Pensar en algo lindo
Vamos a escribir algo lindo - dijo Almendrita
Bueno, empezás vos? - le contestó Dulcecito
Sí, algo que sea como un mundo de risas y de muñequitos maravillosos. Donde haya sol, lluvia y noches de luna con estrellas. Donde nunca exista el aburrimiento, donde podamos besarnos todos.
¿Piquitos? - dijo Dulcecito
Sí, piquitos y besitos de conejo. También tiene que haber árboles con muchos frutos para tomar jugos de todos los colores y contar historias a la tarde con otros amigos. En las esquinas tienen que haber máquinas expendedoras de dulces y también de copitos de algodón que vuelen por ahí.
- ¿Se pueden poner caballitos para llevar cosas pesadas?
- No Dulcecito! es re feo eso que decís. Los caballitos van a estar pero en donde haya mucho mucho pasto corriendo con los pajaritos. Si pestañeamos una vez el cielo se va a cambiar de color, de azul a celeste, si pestañeas dos se va a cambiar de celeste a rosa y así como si fuera un cine gigante.
- Bueno. ¿Y si ponemos una reina con un rey lleno de cositas, de perlitas brillantes? Yo quiero ser el rey.
- Ay, Dulcecito, ¿no te das cuenta que eso es re malo? Vos podrías hacer más cosas, si sos rey es re aburridísimo. Nunca te voy a poder ver, si sos rey.
- ¿Por qué? vos podés ser princesa y nos juntamos a tomar té.
- No, yo voy a fabricar dulces re dulzones con forma de espiral que te hagan chispas en la boca cuando te los comés. y todos van a vivir en pocitos debajo de la tierra y van a aprovechar la luz del sol y van a aprovechar la luz de la luna y las estrellitas. Además los grillos te van a despertar si tenés que ir a trabajar. Y a los malos se los van a comer los pocitos de la tierra. Y después en verano vamos a tomarnos el tren de metros infinitos que va por las montañas, las nubes, el agua, la tierra, y vamos a ir al mar a comer sanguchitos de tomate! wooos, Dulcecito, ¿no está re buenísimo? ¿Querés jugar? ¿Dulcecito?
¿Y Dulcecito? Este Dulcecito siempre desaparece.
Dulcecito estaba durmiendo a su lado cuando se despertó. Ella tenía las ojeras y las pantuflas, vivían al fondo de un bar, en algún lado sobre el tiempo, ella era camarera, él era cocinero, tenían 22 y 28 años, afuera había edificios viejos y autos, humo, gente que dormía en las calles -si llovía o hacía frío- y mucha basura en las veredas.
Bueno, empezás vos? - le contestó Dulcecito
Sí, algo que sea como un mundo de risas y de muñequitos maravillosos. Donde haya sol, lluvia y noches de luna con estrellas. Donde nunca exista el aburrimiento, donde podamos besarnos todos.
¿Piquitos? - dijo Dulcecito
Sí, piquitos y besitos de conejo. También tiene que haber árboles con muchos frutos para tomar jugos de todos los colores y contar historias a la tarde con otros amigos. En las esquinas tienen que haber máquinas expendedoras de dulces y también de copitos de algodón que vuelen por ahí.
- ¿Se pueden poner caballitos para llevar cosas pesadas?
- No Dulcecito! es re feo eso que decís. Los caballitos van a estar pero en donde haya mucho mucho pasto corriendo con los pajaritos. Si pestañeamos una vez el cielo se va a cambiar de color, de azul a celeste, si pestañeas dos se va a cambiar de celeste a rosa y así como si fuera un cine gigante.
- Bueno. ¿Y si ponemos una reina con un rey lleno de cositas, de perlitas brillantes? Yo quiero ser el rey.
- Ay, Dulcecito, ¿no te das cuenta que eso es re malo? Vos podrías hacer más cosas, si sos rey es re aburridísimo. Nunca te voy a poder ver, si sos rey.
- ¿Por qué? vos podés ser princesa y nos juntamos a tomar té.
- No, yo voy a fabricar dulces re dulzones con forma de espiral que te hagan chispas en la boca cuando te los comés. y todos van a vivir en pocitos debajo de la tierra y van a aprovechar la luz del sol y van a aprovechar la luz de la luna y las estrellitas. Además los grillos te van a despertar si tenés que ir a trabajar. Y a los malos se los van a comer los pocitos de la tierra. Y después en verano vamos a tomarnos el tren de metros infinitos que va por las montañas, las nubes, el agua, la tierra, y vamos a ir al mar a comer sanguchitos de tomate! wooos, Dulcecito, ¿no está re buenísimo? ¿Querés jugar? ¿Dulcecito?
¿Y Dulcecito? Este Dulcecito siempre desaparece.
Dulcecito estaba durmiendo a su lado cuando se despertó. Ella tenía las ojeras y las pantuflas, vivían al fondo de un bar, en algún lado sobre el tiempo, ella era camarera, él era cocinero, tenían 22 y 28 años, afuera había edificios viejos y autos, humo, gente que dormía en las calles -si llovía o hacía frío- y mucha basura en las veredas.
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