"Si alguna vez me muero luchando y un fotógrafo saca la foto de mi  cadaver yaciendo en el piso, ensangrentado y sin remera, por favor,  díganle a ese fotógrafo que no publique jamás esa foto. No me gustaría  salir en facebook, ni en los diarios, ni en la tele, ni en las revistas  aún después de muerta. Si la comunicación  dejara de ser amarillista, se denotaría respetuosamente un signo capaz  de atravesar la delgada línea que separa la tragedia de la vida. El  recuerdo de los cadáveres no es una noticia. La diferencia entre un  perverso y un periodista es que el perverso explica con sangre y el  periodista derrama su sangre a través de las palabras. La sangre no  genera conciencia histórica, sólo una historia de recuerdos tristes. La  sangre construye solamente una pila de periódicos y revistas leídos por  algún jodido hombre que una vez a la semana utiliza esos papeles para  limpiar la mierda de sus perros o para comer un cerdo, también  sangriento, a la parrilla. Si esta es la finalidad de la comunicación,  entonces prefiero donar mi sangre a todos aquellos escritores que la han  derramado batallando con sus plumas y sus tintas." 
Brenda A. Garrido
Cielo 
 
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