Por
Brenda Garrido
ÚNICO ACTO
Ella
está desnuda, hablando frente al espejo, deprimida, casi pálida, piensa, no
hace nada y se repite a sí misma que su vida no es cómo era. A la izquierda una
puerta, a la derecha una cama de dos plazas y al lado de ésta, una mesita de
noche. Se siente rara, al parecer está
cambiando algo. No sabe el resultado de eso, y eso la mata. De repente
ve que está sola y no le molesta, aprende que es así. Suena el teléfono y no
atiende, entonces alguien entra a su casa y la escucha hablando frente al
espejo. Es un cliente que hace años la visita y se ha obsesionado con ella
fuertemente. Ella no lo ve, pero lo
siente.
ELLA:
Se me acaba el labial y yo aquí
esperando salir a relucirme con él. Qué triste que no pude haberte relucido en
todos tus destellos, qué pena que sólo pude haberte usado para colorearme
apenas, apenas…
ÉL:
Ese labial que saliste a desgastar con cualquier tipo que
se quiso cruzar en mi camino para que yo lo reviente a trompadas. Vos no me
conocés.
ELLA:
Pude haber hecho de mis noches un naufragio brillante, un sueño vigilado por
las estrellas despiertas en el cielo. Mi boca pudo haber tomado vida propia,
pudo haber enamorado a cada palabra
pronunciada por esta. Y la lengua y los dientes hubieran acariciado el infinito.
ÉL:
Pero la pasaste peor porque sos una puta.
ELLA:
La pasé como soy y la paso como fui. Ese labial me disfrazaba el alma cuando yo
sólo tenía el cuerpo para mirar a alguien a la cara. No quería mirarme tanto el
alma... Yo me pintaba los labios y cerraba los ojos y me imaginaba que toda la
vida me vería hermosa.
ÉL:
Y sin embargo, yo te quería, nadie te va amar como te amé yo porque no te lo
merecés. No podés merecértelo. En la vida el amor se paga con las peores
miserias. Es así, vos te la buscaste. No me digas ahora que querés verte
hermosa cuando no te animaste a serlo. Ya se pasó el tiempo y eso es lo que
quedó de vos.
ELLA:
En el espejo yo miraba hacia el fondo de mis ojos y veía mi cráneo desnudo.
Bailar era lo único que me decía que algo en mi vivía. Y yo me pintaba los
labios y me ponía el rímel imaginando que cuando llorara todas las pestañas
iban a sangrar.
ÉL:
Pero nunca te animaste a bailar en público como una profesional, como una
artista verdadera. Ibas ahí y revoleabas la pata, te mostrabas y seducías al
menos macho para cogerse una mina como Dios manda. Todo por plata. Ese lápiz de
labio de mierda del que hablás no te sirve para nada ahora. Es así, la que nace
puta es puta para siempre. Ahora bancatelá.
ELLA:
Cada vez que me subía al escenario, desaparecía todo lo demás. Yo estaba ahí
delante de ningún espectador real. Cerraba los ojos y creía que era la luna.
Pero cuando los abría y veía que era yo la única que me estaba observando,
vigilando, criticando, halagando, aplaudiendo, sonriendo, gritando,
acariciando… ahí me detenía y me acostaba a dormir. No podía hacer otra
cosa. Estaba sola.
ÉL:
Pudiste haber llamado a algún macho para que te coja, pudiste haberte hecho la
loca una vez más. Te sale perfecto, ¿por
qué no les hacés estas cosas a los hijos de puta que te quieren dar? ¿Qué, me
vas a decir que ya no lo hacés más porque no te gusta? Mirá que cuando te
acostás conmigo no parece que no te guste, eh.
ELLA:
Antes de meterme en el sueño, veía un lecho de rosas un ángel cantando en el
mar, un violín flotando en la oscuridad. Y nunca pude verme a mí en un
sueño. En los sueños sólo veía
apariencias, deseos, cortos, personajes que no eran de acá (SE TOCA EL PECHO).
Todo estaba siempre más deformado. Nunca lo creí, realmente. Y resultaba que después estaban todos cuerdos
menos yo. Pido perdón porque hice todo mal… todo mal.
ÉL:
No me sirven las disculpas, y deberías saber que cuando uno piensa que todos
son locos podría pensarse que el loco es uno mismo.
ELLA:
¡Exactamente! Eso es lo que yo digo, pero al revés. Y sí. Soy re puta y estoy re loca.
ÉL:
¡Pero! No tenés vergüenza, no tenés dignidad, te vas a quedar sola hasta que
seas vieja. Te vas a morir de
enfermedades horribles. Esta me la vas a pagar pito por pito (LA GOLPEA Y LA TIRA EN LA CAMA)
ELLA:
Que Dios perdone a todos los pecadores. Que Dios le de misericordia a todas las
putas. Que Dios ampare a cada mente que por ellas enloquezca, que Dios cuide de
cada alma que por ella mate y que por ellas ore.
(CON
EL LAPIZ DE LABIO LO SEDUCE, SE LO METE EN LA BOCA, SE AGACHA, ABRE LA BRAGUETA
DEL PANTALÓN, LE BESA EL PENE Y ACTO SEGUIDO SE LO MUERDE HASTA SANGRARLO.
CUANDO ÉL GRITA, QUEDA PETRIFICADO Y CAE
DEL DOLOR. ELLA, AGARRA EL LAPIZ DE LABIO, LE PINTA LA BOCA QUE LLORISQUEA,
AGARRA PLATA DEL BOLSILLO Y SE VA)