Como un estrepitoso cachetazo sobre la piel de las carnes más frías salió de la casa cerca de las 9 de la mañana desarmando con su presencia vestida de luto las torcidas aceras de aquella hora, en la que el sol no sólo hace contacto con las angustias del invierno que van estallando en gritos rudos y agudos desde el pecho hacia la calle, sino que también hace contacto con la jugada más atenta, sucia y embarrada de todas las voces pasadas que se vuelven eco debajo de cada sombra y de cada techo y de cada vidrio que comienza a transfigurar y reflejar los más sombríos pensamientos. Así, con las facciones rígidas y la garganta amarga, los párpados grises, las manos arrugadas, con un demonio en el sueño, una seca trompada, comenzó a sentir un profundo rencor por todo lo que la alarmaba: la terrible inquietud, la amplia paciencia, las actuadas veladas… como si el resultado de todo fuera a terminar siempre en un estallido de lo que no se esperaba o como si cada persona fuera la responsable de la escritura y representación de su propio guión destinado a menos éxitos que fracasos. Fue este mismo rencor el que escupió cuando no pudo contenerse más. Subió por la calle empedrada y sin más palabras para agregar a sus pensamientos, bajó aún más esa voz confidente, entornó la espalda, condensó los labios, y por fin se arrojó a la valentía de encontrar el momento oportuno para tragarse las lágrimas. Mientras se acariciaba las manos también se tocaba la pequeña boca y recitaba para sí secretos que nunca podría volver a recordar exactamente, qué tristeza. ¿Qué iría a hacer cuando las bestias no pudieran entender lo que le pasaba? ¿Cómo sería posible rescatar su pesar, acabado, frente a la materia y la miseria de los hombres y sus asquerosas demandas? Si con aquellos necios no podía ya nada. Era terrible enfrentarse a todos los monstruos que la utilizaban de cerca y cada vez más de cerca y cada vez más hundida su amarga inconstancia, de no poder decir, no poder quebrar, no poder hacer de cuenta como que no pasaba nada. Llegando hacia el puente que atravesaba la ancha autopista se detuvo y aspirando la última bocanada de viento, tomó valor, tomó su vientre, ajustó su pelo a la cabeza y se rió por última vez para saltar desde ese precipicio hacia el eco profundo que lo generaba. Nunca antes había conocido aquél impacto, de modo que nada había sido un error. Y todo comenzó a alivianarse como se aliviana el cuerpo cuando conoce la sensación de experimentar el dolor junto a la nada. El terror a lo desconocido se convertía ahora en un desafío que soltaría probablemente, cuando sus extremidades se debilitaran y dejaran caer de sus manos la vida.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Ecos premonitorios
Mientras se acariciaba las manos también se tocaba la pequeña boca y recitaba para sí secretos que nunca podría volver a recordar exactamente, qué tristeza. Si con aquellos necios no podía ya nada.
viernes, 28 de octubre de 2011
Si tuviéramos solamente un amor
Tendríamos una mentira más.
Si las palabras no fuesen lo que son,
Existirían sólo imágenes abstractas.
Hay una relación inevitable
Entre el amor, la mentira, las palabras, las imágenes.
Ya que no existe la verdad,
Entonces tampoco la mentira.
Si la luna fuera tan grande como el amor
Habría quienes también sueñen en trepar sobre sus senos.
Los amores son de ella,
pero también de ellos.
Son los mismos que después vienen a besarte el silencio.
Son los mismos que te dan la calma,
la lechosa luz de la noche.
Sobre su pecho descansan los secretos,
Secreto no es silencio.
Secreto no es mentira.
Secreto no es verdad.
Secreto debe ser amar por sobre todas las palabras.
Cielo.
domingo, 23 de octubre de 2011
La Brújula.
Y justo cuando estaba perdiéndome entre los senderos mentales con todos sus personajes disfrazados de payasos tenebrosos o de monstruos parecidos a los de un túnel de terror, comprendí que mi carro se había desventurado a una velocidad que distorsionaba los rostros, como distorsionaba las ideas. Salí de mi cuarto oscuro y desordenado saltando entre las ropas que estaban en el suelo y esquivando obstáculos, subí a mi bicicleta y salí a andar. La primera pregunta fue ¿Hacia donde voy ahora?, no lo sabía, así que me dejé llevar confiando en que a algún lado podría llegar esa tarde, sabiendo que sea a donde sea que llegara no volvería a retomar el camino anterior, del que hacia unos días estaba saliendo. No sabía bien cuál era el próximo destino, andaba ahora suelta y sin ajustes de tuerca, no había suelo ni había techo, sólo andaba. Ese andar en silencio, a su vez, me sonaba a aterrizaje o a búsqueda. Así que en el aleatorio vuelo sobre el vacío y la nada sólo quedaba yo. ¡Había que hacer algo con eso! Con lo único que me quedaba… con yo. Supuse que en el camino podría, tal vez, cruzar algunas palabras conmigo o, quizás no, pero al menos estaría haciéndome el favor de ir a buscarme. De escucharme. De sentirme. ¿Qué es yo? ¿Qué hace ella? ¿Por qué se lo pregunta? Todas esas habían sido las preguntas durante el trayecto que me estaba arrimando despacio al encuentro con alguna cosa, tan despacio como ese pedalear paciente y sereno -que recorría las calles de un barrio en donde me había criado-, bajo los rayos tibios de un sol de mayo a la hora de la siesta. Era necesaria la expedición al interior para volver a reconocer a aquellas personas que habían pasado todos esos años conmigo, mirarlas lo suficientemente de cerca para reconocer que fui perdiéndoles el rastro. Ya no sentía que tenía un lugar en donde parar a parar. Pero de algún lado yo había salido, así que me metí a inmiscuir esos territorios -a los que a la fuerza- había querido desprender del corazón. Y me encontré, sorprendentemente, con otro ser, al que necesité para reforzar eso que andaba buscando. Es así que me lancé a escribir estas líneas, confiando hoy mas que nunca que la unión hace la fuerza y que no necesitamos confundirnos mucho mas otras formas, está claro que sólo es necesario mirar alrededor de uno un poco, salir del casco, volver a pararse en la vereda como cuando éramos niños y observar al vecino de enfrente, ir a buscar al compañero de ideas para construir una casa de árbol a donde puedan asistir mas niños que jueguen, mas niños que aporten, mas niños que intercambien, mas niños que crezcan y lleguen a la adultez con valores creados en su niñez y recreados en su vida. ¿Cuáles valores? ¿Qué son? ¿Desde dónde empezar a dar un poco de forma o claridad o color a ése panorama monótono y aburrido al que nos tienen acostumbrados (y por ende, ¡inquietos!)? Somos niños buscando mas niños que quieren construir algo que nos llene el corazón de alegría, somos curiosos y estamos en búsqueda de algo nuevo y apasionante, para eso no elegimos quedarnos hipnotizados con la televisión o los rayos laser electrónicos. Creemos e imaginamos. Gracias que podemos darnos cuenta de ello y que deseamos desarrollarlo y contagiarlo, por sobre todas las cosas. ¿Charlar sobre qué? Estamos pensando en el individualismo, en la propiedad privada (en el mío, lo tuyo) eso es un producto histórico de un miedo (generado y regenerado) que nos impuso la desconfianza, la pérdida de sueños, el túnel de distorsiones. Todo ha terminado en desestabilización individual y colectiva. ¿Hacia dónde vamos? Primero, no lo sabemos. Sabemos que somos parte de una historia cuyos cambios no vamos a ver, pero que aquí estamos ahora para ir transformándola. Es necesario tener ganas, tener objetivos (a los que podemos llamar sueños), es necesario no olvidar ni delegar, ni dejarnos confundir ni convencer. Es suficiente con lo que hemos escuchado en nuestro interior; aquello a lo que prestaremos suma atención para saber que “estamos yendo” a un lugar que quizás no lleguemos a conocer pero al que un náufrago llamaría “tierra a la vista”. El ir es un camino de ida que nos pide compromiso con nosotros mismos. Primero, antes que nada, con nosotros; que andamos inquietos buscando algo. Segundo, enlazar mi idea con la tuya – si es que nos sentimos conectados o empujados por un brillo superior al que queremos perseguir y reforzar-. Un brillo al que podríamos lustrar y echar la luz en la oscuridad. (Sobrante sobre faltante). Hemos hablado de “generar la duda en la gente”. Y ese será el nombre de la semilla que elegiremos para luego, continuar con el cambio. Con algún cambio. Las dudas buscarán respuestas ante tantas preguntas, una ayuda, un espacio para contestarse, un ser para charlar y para debatir. La duda es la semillita, el comienzo, la punta de la lengua, es ese “que se yo”. Así iremos llegando a alguna parte, siempre y cuando no dejemos de creer en yo, nos podremos unir a “yo colectivo” para usar la fuerza y poder crear lo que creímos. Nuestras herramientas fundamentales: Cultura entendiendo esta como Arte-Pensamiento-Intercambio-Debate.
Cielo.
martes, 6 de septiembre de 2011
Ventana Mágica Naranja
Dentro de algún cilindro sin fin, mirando la bruma de la espesidad, puedo escuchar cómo desde allí en lo más alto de lo profundo unos gorriones sin ojos y con los picos marchitos me gritan silbando.
Mis relojes no arrancan, y sin embargo, decidida me levanto después de un largo sueño de sombras que saben mentir con mensajes recibidos y denotados connotativamente por mi super yo heroico -porque antes herido-, y abro la ventana de la casa para atravesar el viento de la mañana.
En el fondo del mar hay una línea que me hace sentir una pelusa pequeña y una voz me dice a mi sola, muy despacito, procurando ser "la no oída", que cierre los ojos y caminando me acaricie los dedos de los pies rozándolos sobre la línea gris azulada que separa el cielo del fondo plano del mar y que se para en el cielo del fondo del mar plano, sin buscar puntos de fuga - de los que no hablamos, porque sé que nunca se ha podido tocarlos- (aunque se les haya ocurrido).
¿Por qué buscaría una salida el mismísimo horizonte para poder fugarse si el mismísimo ha nacido desde la muerte de la muerte, desde la bisagra entre la puerta y el cuarto, desde la línea que divide el globo del oxígeno, y su minuciosidad tan simple es capaz de vociferar entre suspiros de la brisa en mi oído esta pregunta que me recuerda -casi como respondiéndome una verdad con final suspicaz-, que el horizonte es horizonte por no ser el final sino que el mismo "ES" cuando se realiza en la existencia del no-fin?
Vaya interrogante que sin son ni bom-tum-pom-pom me recuerda a su papel en el universo. Y al mío, que esta noche se parece tanto a aquella voz que se ponía silibosamente a hablarles de esto, que a la vez, es eso... y puede ser también aquello que aún no sabemos como termina, pero que seguramente nos ha hecho mirar entre más silencios murmurosos el aroma de la bruma que nos devuelve aquél viento que atraviesa la ventana a la mañana... y nos besa.
Mis relojes no arrancan, y sin embargo, decidida me levanto después de un largo sueño de sombras que saben mentir con mensajes recibidos y denotados connotativamente por mi super yo heroico -porque antes herido-, y abro la ventana de la casa para atravesar el viento de la mañana.
En el fondo del mar hay una línea que me hace sentir una pelusa pequeña y una voz me dice a mi sola, muy despacito, procurando ser "la no oída", que cierre los ojos y caminando me acaricie los dedos de los pies rozándolos sobre la línea gris azulada que separa el cielo del fondo plano del mar y que se para en el cielo del fondo del mar plano, sin buscar puntos de fuga - de los que no hablamos, porque sé que nunca se ha podido tocarlos- (aunque se les haya ocurrido).
¿Por qué buscaría una salida el mismísimo horizonte para poder fugarse si el mismísimo ha nacido desde la muerte de la muerte, desde la bisagra entre la puerta y el cuarto, desde la línea que divide el globo del oxígeno, y su minuciosidad tan simple es capaz de vociferar entre suspiros de la brisa en mi oído esta pregunta que me recuerda -casi como respondiéndome una verdad con final suspicaz-, que el horizonte es horizonte por no ser el final sino que el mismo "ES" cuando se realiza en la existencia del no-fin?
Vaya interrogante que sin son ni bom-tum-pom-pom me recuerda a su papel en el universo. Y al mío, que esta noche se parece tanto a aquella voz que se ponía silibosamente a hablarles de esto, que a la vez, es eso... y puede ser también aquello que aún no sabemos como termina, pero que seguramente nos ha hecho mirar entre más silencios murmurosos el aroma de la bruma que nos devuelve aquél viento que atraviesa la ventana a la mañana... y nos besa.
domingo, 4 de septiembre de 2011
La conciencia no es científica Preferiría creer que es la sonata más desconocida que alguna vez, conocí. El individuo es en su relación con él mismo, aquél que supone que la razón no purifica, nada. Hay cosas que quiero decir y sin embargo, ¡no puedo! Los modernos-contem-poros son mentiras en el aire, y aún así Nadie ha logrado poner un pie sobre la tierra, prometida.Ni traducir el sabor de las papilas pensativas. Salirse del cuerpo-mente implica rezarle a una nueva era, Creer en las moscas. Pensar el arte como religión abstracta. Mover la lengua como vomitada, envejecida...Observas el mutis: Realización de la incompletitud.
Cielo
martes, 9 de agosto de 2011
Aches
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LA LENGUA DEL POETA DEBE SER COMO LA CARNE CORTADA A CUCHILLO ARMONIOSOMANTE UNIDA EN SABORES SUCIOS POR REFINADOS HILOS DE COSER ALMEJAS BAJO LA LUZ.NO, NO SABEMOS TODO LO QUE CREES QUE VAS A SABER.NOS FUIMOS DENTRO DE LO QUE A VOS TE ENSEÑARON COMO MISERIAS. Y ESO NO ES PARA MI.
TE GUSTA?
EL PENSAMIENTO TIENE DEUDAS CON LA CIVILIZACION RE CONTRA ANTIGUA DE HOY . PERO NO IMPORTA SI SE LAS PAGAMOS POR ADELANTADO. ME DA EL CEREBRO HASTA ENTERRARLO CON MIS PROPIAS PALABRAS.
EL POETA DEJÓ DE SER EL CORROMPIDO NIÑO QUE INTERPRETA SENTIMIENTOS RAROS.EL POETA AHORA ANDA BUSCANDO LO QUE TE PUEDA CONMOVER LOS INTESTINOS, PORQUE NADA HAY COMO GRITAR CON ELLOS EN MEDIO DE UNA TORMENTA DE VOCES ATORMENTANDO EN LA VENTANA.SE VEN ESPEJOS EN LA PARED DEL FONDO, PARECE QUE AL FIN Y AL CABO LO QUE SIGUE ES EL ESPEJO DEL REFLEJO DESPERTANDO EN OTRO LADO. POR LA MALA POTENCIA DESPIERTA LA CIVILIZACIÓN QUE EQUILIBRA LAS ALMAS DE LOS BÁRBAROS POBRES.LOS POETAS ODIAN ESO: SUS CONSERVAS MAS MALDITAS.
CIELO.
martes, 2 de agosto de 2011
Di tu palabra y rómpete.
Yo conozco ese lugar en donde estás metido: un túnel para pasar a otro mundo, para resbalar suave sobre montículos de magia, donde se habla de novelas regaladas y donde en verano se encuentra la sombra que le da alivio a los cuerpos muertos -a la unión desafiante, la caricia hurgante, el deseo constante- la caída al infinito de versos que quedan escritos en mi pena como verdugos de Rimbaud y hacen de la ruptura el nacimiento de unas voces que no dudan en escribir sobre la piel de una reina, con tinta indeleble, el secreto de la Poesía que vive de cabeza sobre mis formas, desafiando estados de la mente, escribiendo o escupiendo algo que se parece a haber hecho lo mismo que eso, Poesía mi viejo, sólo estas letras sin sangre que han vuelto a nacer, y quiero que lo sepas, porque es lo que tiene que hacer un escritor cuando se apagan las brasas de su pluma, los brillos de sus ojos cuando miran un paisaje y piensan.
Cielo.
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