Me sostuve
muy fuerte del marco de aquella puerta. Y en esos segundos acalorados, mis pensamientos
resbalaron hacia un precipicio infinito que bajaba en espiral. Por momentos sentí
que me sumergía en un lodazal de barro y lagartijas y que era absorbida por la
eternidad del sudor. Al principio lo sentí frío entre las diminutas pelusas de
la nuca, luego observe como formaba una gota que bajaba en forma recta cuesta
abajo por mi columna vertebral hasta desembocar
en el fin de la médula espinal. Casi en el mismo instante en que pude
abrir la boca para decir “ayuda” me desplome sobre unos brazos que me fueron
arrastrando hacia una puerta blanca, tan grande y blanca era que sus destellos
no me dejaron ver que había mas allá de sus plateados marcos. No podía ver,
solamente escuchar, todo lo que pasaba a mi alrededor era un sonido como el de
una nube de gas pintada con colores difuminados que en aquel instante se
acariciaban entre si, superponiéndose, como dándome el saludo de bienvenida o de
despedida hacia y desde alguna parte. Entonces caí a algún suelo, sentí el frío en mi rostro mas luego en el cuerpo entero. Abrí los ojos y supuse que me habían
sentado en algún sitio y que estaría despertando de todo lo ocurrido en ese
instante ciego en una vereda, donde lo que había pasado momentos antes me parecía
extraño. Recurrí a la mirada, cuando alce la vista, tenía unos borrosos ojos
escrutándome. Me habían sacado de donde estaba. Pero, ¿donde estaba ahora? Ni
siquiera podía preguntarlo. Así que me tome de las paredes que me escoltaban y
trepe hasta el equilibrio de mis caderas y rodillas, alargue un pie, luego el
otro y me largue a caminar. Tras unos segundos de caminata, había notado que
caminaba siempre hacia adelante y en línea recta, mas, no podía caminar hacia atrás
por instinto o zigzaguear porque si. Mi estructura formaba parte de algo
programado de antemano. Aunque trate de
cambiar mis pasos, nada era más fácil que hacer las cosas simples, así que me
quede con esa única opción. Llegue a un lugar en el que había algunos que
caminaban igual, la diferencia tal vez, radicaba en sus estaturas, o ritmos,
pero no en su proceder. Aunque era curioso pero entretenido, luego de unas horas
de andar, el instinto se apareció otra vez y de esa manera se enloqueció por un
objetivo. Me dijo unas palabras como, -apresúrate, que no llegaras al objetivo-
y yo, ya no instintivamente, contestaba,
-¿que objetivo?- Y fue en ese mismísimo momento
en que empezó la discusión.
viernes, 7 de septiembre de 2012
sábado, 1 de septiembre de 2012
Pregunta
En una guerra de zurdos y diestros contra perversos y dominados, obsesivos ambos planos.
Que lugar ocuparía el argumento entre todo el revuelto de fuerzas personales?
Que lugar ocuparía el argumento entre todo el revuelto de fuerzas personales?
Inter Cambio
El es un ser que camina entre la oscuridad con una silla, y prende la ultima luz de todo el pasillo.
Yo estoy buscándolo antes que el llegue.
Le toco las piernas con un montón de alfileres
(para que me abrace en la oscuridad porque yo estoy debajo de una mesa.)
Yo soy un ser de oscuridad,
que necesita una silla para alcanzar la ultima luz de todo el pasillo.
Yo estoy buscándolo antes que el llegue.
Le toco las piernas con un montón de alfileres
(para que me abrace en la oscuridad porque yo estoy debajo de una mesa.)
Yo soy un ser de oscuridad,
que necesita una silla para alcanzar la ultima luz de todo el pasillo.
Un mono en el ambiente~
Un momento de efusividad
Una costra
Un desmayo de cuello
Un tiron nervioso
Un litro de cascaras de limon
y de
huesos amargos, polvo de huesos.
Un desvelo m uerto
Unos labios en Z
Puertas que se abren y golpean
Masa osea
Barro hasta la entrepierna
Sed
Guerra interna
Guerra externa
Guerra multiespacial
temporal.
Sordera.
Anulacion de la mente
Fiebre en el piso
Multitud que camina y
mira.
Contrastes perversos
Muerte
Al final siempre va la palabra muerte.
Para ponerle fin a las cosas,
a algo,
a las partes de cualquier cosa.
Una costra
Un desmayo de cuello
Un tiron nervioso
Un litro de cascaras de limon
y de
huesos amargos, polvo de huesos.
Un desvelo m uerto
Unos labios en Z
Puertas que se abren y golpean
Masa osea
Barro hasta la entrepierna
Sed
Guerra interna
Guerra externa
Guerra multiespacial
temporal.
Sordera.
Anulacion de la mente
Fiebre en el piso
Multitud que camina y
mira.
Contrastes perversos
Muerte
Al final siempre va la palabra muerte.
Para ponerle fin a las cosas,
a algo,
a las partes de cualquier cosa.
sábado, 25 de agosto de 2012
Los martes
Hay camisas que no tienen memoria, en todo caso no inhalan el aire que las rodea. Hay objetos que vuelan sobre el tiempo como si estuvieran yendo al precipicio de las oportunidades. Hay personas que te acompañan aunque no puedas verlas. Las sientes? Hay alguien que grita dentro de un placard pero no dice tu nombre. Hay manos que comprenden tu luz y sin embargo son fugaces. Hay deseos que no convierten nada, solo degradan pensamientos. Hay besos que quedan en una mirada quieta como el agua del río, y que pueden volver si es de noche y llevarte. comprendes? Nada cumple el otro, nada le pides, nada haces, nada. Transitas tus ganas de beber otra boca, de entregar la piel a un cálido momento, transparente en donde nadie molesta. En donde solamente los pájaros cantarían por la mañana avisándote que tu turno esta por terminar. Es hora de despertarse, mi amor.
viernes, 3 de agosto de 2012
Pensar en algo lindo
Vamos a escribir algo lindo - dijo Almendrita
Bueno, empezás vos? - le contestó Dulcecito
Sí, algo que sea como un mundo de risas y de muñequitos maravillosos. Donde haya sol, lluvia y noches de luna con estrellas. Donde nunca exista el aburrimiento, donde podamos besarnos todos.
¿Piquitos? - dijo Dulcecito
Sí, piquitos y besitos de conejo. También tiene que haber árboles con muchos frutos para tomar jugos de todos los colores y contar historias a la tarde con otros amigos. En las esquinas tienen que haber máquinas expendedoras de dulces y también de copitos de algodón que vuelen por ahí.
- ¿Se pueden poner caballitos para llevar cosas pesadas?
- No Dulcecito! es re feo eso que decís. Los caballitos van a estar pero en donde haya mucho mucho pasto corriendo con los pajaritos. Si pestañeamos una vez el cielo se va a cambiar de color, de azul a celeste, si pestañeas dos se va a cambiar de celeste a rosa y así como si fuera un cine gigante.
- Bueno. ¿Y si ponemos una reina con un rey lleno de cositas, de perlitas brillantes? Yo quiero ser el rey.
- Ay, Dulcecito, ¿no te das cuenta que eso es re malo? Vos podrías hacer más cosas, si sos rey es re aburridísimo. Nunca te voy a poder ver, si sos rey.
- ¿Por qué? vos podés ser princesa y nos juntamos a tomar té.
- No, yo voy a fabricar dulces re dulzones con forma de espiral que te hagan chispas en la boca cuando te los comés. y todos van a vivir en pocitos debajo de la tierra y van a aprovechar la luz del sol y van a aprovechar la luz de la luna y las estrellitas. Además los grillos te van a despertar si tenés que ir a trabajar. Y a los malos se los van a comer los pocitos de la tierra. Y después en verano vamos a tomarnos el tren de metros infinitos que va por las montañas, las nubes, el agua, la tierra, y vamos a ir al mar a comer sanguchitos de tomate! wooos, Dulcecito, ¿no está re buenísimo? ¿Querés jugar? ¿Dulcecito?
¿Y Dulcecito? Este Dulcecito siempre desaparece.
Dulcecito estaba durmiendo a su lado cuando se despertó. Ella tenía las ojeras y las pantuflas, vivían al fondo de un bar, en algún lado sobre el tiempo, ella era camarera, él era cocinero, tenían 22 y 28 años, afuera había edificios viejos y autos, humo, gente que dormía en las calles -si llovía o hacía frío- y mucha basura en las veredas.
Bueno, empezás vos? - le contestó Dulcecito
Sí, algo que sea como un mundo de risas y de muñequitos maravillosos. Donde haya sol, lluvia y noches de luna con estrellas. Donde nunca exista el aburrimiento, donde podamos besarnos todos.
¿Piquitos? - dijo Dulcecito
Sí, piquitos y besitos de conejo. También tiene que haber árboles con muchos frutos para tomar jugos de todos los colores y contar historias a la tarde con otros amigos. En las esquinas tienen que haber máquinas expendedoras de dulces y también de copitos de algodón que vuelen por ahí.
- ¿Se pueden poner caballitos para llevar cosas pesadas?
- No Dulcecito! es re feo eso que decís. Los caballitos van a estar pero en donde haya mucho mucho pasto corriendo con los pajaritos. Si pestañeamos una vez el cielo se va a cambiar de color, de azul a celeste, si pestañeas dos se va a cambiar de celeste a rosa y así como si fuera un cine gigante.
- Bueno. ¿Y si ponemos una reina con un rey lleno de cositas, de perlitas brillantes? Yo quiero ser el rey.
- Ay, Dulcecito, ¿no te das cuenta que eso es re malo? Vos podrías hacer más cosas, si sos rey es re aburridísimo. Nunca te voy a poder ver, si sos rey.
- ¿Por qué? vos podés ser princesa y nos juntamos a tomar té.
- No, yo voy a fabricar dulces re dulzones con forma de espiral que te hagan chispas en la boca cuando te los comés. y todos van a vivir en pocitos debajo de la tierra y van a aprovechar la luz del sol y van a aprovechar la luz de la luna y las estrellitas. Además los grillos te van a despertar si tenés que ir a trabajar. Y a los malos se los van a comer los pocitos de la tierra. Y después en verano vamos a tomarnos el tren de metros infinitos que va por las montañas, las nubes, el agua, la tierra, y vamos a ir al mar a comer sanguchitos de tomate! wooos, Dulcecito, ¿no está re buenísimo? ¿Querés jugar? ¿Dulcecito?
¿Y Dulcecito? Este Dulcecito siempre desaparece.
Dulcecito estaba durmiendo a su lado cuando se despertó. Ella tenía las ojeras y las pantuflas, vivían al fondo de un bar, en algún lado sobre el tiempo, ella era camarera, él era cocinero, tenían 22 y 28 años, afuera había edificios viejos y autos, humo, gente que dormía en las calles -si llovía o hacía frío- y mucha basura en las veredas.
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